A través de la práctica del Tao Yin disfrutamos de movimientos realizados con suavidad y firmeza, relajación y fuerza, elasticidad y garbo a la
dinámica corporal.
Realizamos las prácticas respetando la respiración, nuestro propio ritmo al inspirar y exhalar, de éste modo integramos en nuestro cuerpo las nociones de receptividad y acción (yin y yang). Al inhalar nos relajamos, permitiendo que el oxígeno nos nutra y al exhalar nos activamos sintiendo la fuerza en tendones y músculos. De ésta manera nuestro cuerpo entra en un estado de armonía y vitalidad.
El trabajo en suelo nos
enseña a enraizarnos y movernos sin tensión desde el centro de gravedad,
integrando firmeza y flexibilidad, logrando el máximo rendimiento con el mínimo
esfuerzo.
La práctica del Tao Yin ayuda a desbloquear los canales energéticos, de forma similar a la
acupuntura. También nos permite alinearnos y
ejercitar la estructura corporal de manera segura para la zona lumbar
ya que esta, o bien se apoya directamente en tierra o bien es proyectada hacia
fuera evitando la lordosis.
Trabajamos de manera integral para lograr un equilibrio físico,
energético, emocional, mental y espiritual.

